El Ruletista
Mircea Cartarescu
Llevado por el consumismo, por un interés por conocer nuevos autores y, por supuesto, por el título, tuve la necesidad de leer este pequeñito cuento, ¿qué son 9 euros cuando uno tiene la posibilidad de abrir nuevos horizontes?
El narrador, cansado de escribir sobre vidas irreales, de crear universos ficticios, decide contar algo que de verdad pasó, algo que sólo en la literatura podría hacerse por la imposibilidad de ser tomado en serio. El Ruletista existió y el que nos habla es el encargado de transmitirnos esa fantasía que ocurrió y de la que él fue testigo.
Un cuento, 50 páginas, que apenas acaba uno de leerlo sabe perfectamente que ha sido engañado, hay mucho más detrás de lo que ha leído, y aunque Cartarescu parezca decir que no lo hay, que fue tal como lo cuenta, uno cierra el libro como si hubiera acabado de ver una función de magia: has disfrutado como un niño,sí, pero sabes que en todo momento han jugado contigo y tu ilusión, pues los artistas necesitan de ella para crear el espectáculo. Tendré que volver a darle una segunda lectura más adelante y discernir el trasfondo verdadero de la obra.
Lo mejor de todo es que he hecho un pequeño descubrimiento personal y que ahora comparto aquí. Mircea Cartarescu es un autor que tiene mucho que uno debe descubrir, no por ser un firme candidato al Nobel, sino porque en su obra subyacen pequeños tesoros, parece una persona normal, que ha vivido una vida normal pero que sabe componer con ella bellas piezas y yo quiero encontrarlas.
Querido amigo,
ResponderEliminarsoy el editor de Impedimenta. Gracias por tu lectura del libro. Es cierto que cuando uno acaba el libro parece como si hubiera asistido a una sesión de prestidigitación. El cuentito toca temas como el azar, la muerte, el destino, y lo hace con ironía, con verdadero pulso de mago.
En fin, quiero que sepas que seguiremos publicando obras de Cartarescu, como "Travesti" (no te dejes llevar por el título, ja, ja..., es engañoso), que saldrá en otoño.
Insisto, gracias por tu lectura tan cariñosa y por esa entrada en tu blog, que nos ha encantado.
Un abrazo,
Enrique Redel
IMPEDIMENTA