Magnífico. Y aunque quisiera quedarme con esta palabra y no escribir nada más, creo que aun haciendo justicia al libro, este post quedaría un poco ridículo. Como ya comenté anteriormente este libro es una declaración de intenciones de la recién nacida editorial Fórcola: "El libro sólo es importante por las reflexiones que suscita; la lectura sólo vale por lo que desencadena en nuestro espíritu". He tardado más de lo normal en leer este libro pero ha sido por una buena razón: cada vez que leía algo tenía que parar un momento para pensar y reflexionar sobre lo que había leído y ver en que forma yo podía mejorar, o a mí mismo o a mi entorno.
Juan Domingo Argüelles critica de forma continuada pero constructivamente todo aquello relacionado con el intento de promoción de la lectura que busca más la publicidad y cumplir de manera inmediata y mágica su objetivo que el hecho mismo de promocionar una lectura sana y placentera. Es cierto que he echado en falta alguna idea para ayudar al acercamiento a los libros de los no lectores, pero supongo que ese no era el final de este libro "Lo único sensato y noble que podemos hacer es estar ahí, cordiales y sin moralizaciones ni imposiciones, cuando decidan probar a qué sabe la lectura".
En una segunda parte se analiza al lector más frecuente, al más enérgico y al más voraz en lo que para mí es una guía del comportamiento personal en lo tocante a los libros. Creo que debemos leer este libro todos aquellos que leemos más de 15 libros al año o que nos consideramos "poseídos de nuestra importancia" siempre que hablamos con los demás de libros. De hecho creo que deberíamos tenerlo en nuestra mesilla de noche, para releerlo de vez en cuando y no perdernos. ¿Cuántas veces no hemos destrozado algún libro que un amigo o familiar está leyendo?"¿¡Estás leyendo esto!?" En ese momento no estamos haciendo ningún bien a nadie, pues como bien dice el autor la idea es que se lea, ¿qué más da lo que lean siempre que puedan sentir lo mismo que nosotros cuando leemos? El pedante, que es como terminan viéndonos muchas veces, es una persona con la que se dejan de tocar ciertos temas para que no toquen las narices.
El autor defiende que la lectura es personal, que debe hacerse como algo placentero, que el placer de la lectura no podrá jamás conseguirse obligándose a leer , y lo que para mi es una revelación, el libro no nos hace mejores personas. Nos puede hacer más conscientes del mundo en el que vivimos, puede mostrarnos como somos, pero no por leer a Dostoievski (mi autor predilecto) vamos a ser mejores que uno que lea a Mercedes Salisachs, y que no por leer a Katherine Neville vamos a ser unos maleantes. Es verdad, y estoy completamente de acuerdo con el autor, que lo único malo de los libros nuevos es que nos impiden leer los antiguos. Y que "resulta recomendable suspender de vez en cuando la lectura y levantar la vista, pasear la mirada en torno nuestro, para comprobar que la realidad existe más allá de las páginas de un libro".
Dentro de la segunda parte hay tres capítulos que a los que yo englobaría en una tercera parte en las que habla sobre tres lectores y escritores como Borges y Michéle Petit y Gabriel Zaid que son una representación real de todo aquello que Domingo Argüelles ha estado defendiendo durante todo su libro y es que el leer debe ser un placer y que no por leer más somos mejores, leer más sólo nos hace mejores lectores, no mejores personas.
Y por último felicitar a la editorial por un trabajo sin tacha, un libro perfectamente terminado y consiguiendo eso que muchos intentan pero no consiguen: que el objeto libro sea ya de por sí un objeto bello. Enhorabuena Javier.
martes, 20 de abril de 2010
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Pablo, hacía un tiempo que no visitaba estos lares, vamos, desde el periodo de inactividad que tuviste en septiembre. Ahora observo como has montado un blog espectacular, interesantísimo y principalmente motivador.
ResponderEliminarUn abrazo, tenemos conversaciones pendientes.
Estimado YONOSOYJOYCE:
ResponderEliminarSirvan estas líneas para agradecer tu cordial y generosa lectura de mi libro "Si quieres... lee". La lectura de lo que uno escribe sigue siendo un milagro conmovedor. Y el diálogo que se establece entre autor y lector es lo que le da sentido al libro. De otro modo todo se queda en autismo. Aprovecho esta oportunidad de contacto para desearte lo mejor en estas fechas y en el año por venir. Un abrazo lector y vital de
JUAN
Juan, más o menos te entiendo cuando hablas de ese diálogo, pues eso es lo que intento entablar con mis lectores, aunque no al mismo nivel que con un libro.
ResponderEliminarDebo yo agradecerte a ti esta obra tan magnífica y te deseo lo mismo para estas navidades y este año nuevo que entra.