Yo no soy Joyce: Momentos estelares de la humanidad de Zweig

martes, 16 de febrero de 2010

Momentos estelares de la humanidad de Zweig

En el año 1929 Stefan Zweig publica una serie de relatos sobre los que para él son los momentos más deicisivos de la Historia, que europeocentrista él.

Cicerón, Mehmet, Nuñez de Balboa, Händel, Rouget de Lisle (compositor de La marsellesa), Grouchy (mariscal de Napoleón), Goethe, Suter(colono americano), Dostoievski, Cyrus W. Field(consiguió unir el Atlántico medianteel telégrafo), Tolstói, Scott (el segundo en llegar al polo Sur, trás Amundsen), Lenin, y WoodrowWilson son los personajes que dibuja en catorce correspondientes relatos. La verdad es que lo primero que sorprende es la disparidad de fama y genio entre estos catorces seres históricos, ¿cómo se puede situar a la misma altura a Cicerón y al vigésimo octavo presidente de los Estados Unidos? Zweig habla de que estos personajes tuvieron, en un punto de su vida, durante varios segundos, la historia en sus manos, que si no hubieran hecho lo que hicieron el mundo sería completamente distinto. Desde mi punto de vista Mehmet, el conquistador de Bizancio, no tuvo la fortuna de que el destino le sonriera sino un ejército y una situación mediterranea especial; que el capitán Scott no llegara al Polo antes no se debió a una sola decisión. Para mí es muy cuestinable varios de los puntos que defiende Zweig pues la Historia no se crea por una sola decisión, sino una suma de ciscustancias que favorecen e impulsan al ejecutor. ¿Y que de importante tiene la vida de Suter, un buscador de fortuna en California?¿Con qué criterio lo une a los demás personajes?

Dejando aparte mi opinión sobre sus decisiones "históricas" e de decir que es posiblemente y bajo mi criterio una de las mejores realizaciones de historia novelada que he leído. No se deja arrastrar por sensacionalismos ni invenciones falalces para hacer más interesante un acontecimiento. Se sirve de su inmejorable narrativa para contarnos lo más fielmente posible un pequeño pedazo de la historia. La pasión que traspiran sus palabras es tan poderosa que uno no deja de conmoverse. Cierto es que para mí ha tenido especial atención aquel capítulo que tuviera un personaje que conociera bien, no sólo por su obra sino por su vida. Händel es posible el que más disfrutase debido a mi actual inclinación por este compositor en lo referente a la música.

No sólo de estrofa está compuesta esta pequeñita joya, también, como sorpresas nos encontramos con un poema sobre el momento en el que Dostoievski va a ser ejecutado ( siempre pensé que iba a ser ahorcado) y describe cada sensación y pensamiento que pudo tener este ruso en cada segundo del casi final de su vida. Otra de las graciosas sorpresas es la interpretación, en teatro, que Zweig reliza sobre la huida y muerte de Lev Tolstói con el que además concluye la obra Y la luz brilla en las tinieblas de este autor ruso.

En el relato sobre Woodrow Wilson es increíble o visionaria la parte final en la que describe cómo no haber llevado a cabo el proyecto de paz universal del presidente llevará a Europa a nuevos derramamientos de sangre más brutales que los anteriores, estamos a diez años del inicio de la peor guerra jamás contemplada por la humanidad.

Para terminar decir que esta obra de Stefan Zweig es como cualquiera de las suyas: una magnífica obra por la que seguramente no debió ser retribuido en su justa medida y que ahora solo podemos hacerlo leyéndole y disfrutándole.

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