Yo no soy Joyce: Una filosofía de vida

sábado, 18 de abril de 2009

Una filosofía de vida

Cogía sus manos suavemente entre las suyas y lo miraba con orgullo. Le gustaba tenerlo cerca. Era un buen chico. Despierto, alegre, honesto y con una fuerza que contagiaba a todo aquel que le rodeaba. Aún postrado en la cama el chaval conseguía que el anciano marchito quisiera salir de la cama.¿Cuántos años tendría?¿12?¿13? Le encantaría poder levantarse e ir con él a dar otro paseo, pero lo tenía prohibido por prescripción médica. Tenía la certeza, y la vergüenza, de que, en ese estado, su final sería penoso.

Cuando todavía podía salir daba con el chico daban largos paseos y hablaban y hablaban. El chaval siempre le decía "¿porqué sabes tanto? De mayor quiero ser tan listo como tù" y le apretaba sus arrugadas manos con fuerza.

Durante su larga vida se había movido por un ansia de conocmiento sin límite. Conocerlo todo y saber de todo. Leer todo libro que cayera en sus manos, ver todo video que le aportara algo de nueva información. Al final llegó a un punto en el que creyó que ya no necesitaba saber más. Aquella afirmación del niño lo había dejado sin respuesta.
- ¿En serio no lo sabías abuelo?
- No,Pablo, no lo sabía.
- Pues es así, lo he leído y lo he buscado en los libros para estar seguro-la sonrisa que se dibujaba en la cara de su nieto era clara prueba de que era él, por fin, el que había conseguido enseñarle algo a su abuelo.
La sonrisa que le devolvió este a su joven compañero, en forma de aprobación, hizo que el niño no cupiera más en sí de gozo.
- Anda, vete y déjame dormir, que necesito descansar.- Empezaba a notarlo- Cierra la puerta al salir, por favor.- Era inevitable- Adiós mi nieto.
-Adiós abuelo- lo había comprendido, de alguna forma ese hombrecito había entendido la despedida. La puerta se cerró dejándo al anciano sólo, triste, cansado.
Poco a poco, todo su cuerpo se fue apagando.

"Tiene sentido. Toda mi vida ha sido la búsqueda del conocimiento y del placer de aprender. Siempre he dicho que de todo y de todos se puede aprender, sólo hay que saber el qué. Y la última lección la he recibido de un niño. Mi último aprendizaje".

Dicen que al ir a certificar su muerte una sonrisa se dibujaba en su cara, trasmitiendo una sensación increible de paz, tranquilidad y, sobre todo, de felicidad.

3 comentarios:

  1. este texto es un reflejo de lo que creo q es mi filosofía de vida: el aprender. En mis propias palabras "estaré a punto de morir, tumbado en la cama, y mi nieto me enseñará algo que nunca había sabido".
    Lo único que he hecho ha sido un relato en el que plasmo ese último momento de lo que podría llamar el final de mi vida, perdon, el final "ideal" de mi vida. Hay ciertos matices a lo largo de este pequeño texto en el que se reflejan lo que espero de la vida.

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  2. Mi humilde opinión no vale mucho. Pero he de decir, que es lo más conmovedor que he leido últimamente y que comparto parte de esa filosofía. Soy maestra, y he de decir que cada día aprendo mucho más de los niños que de los adultos. Ojalá durara por siempre la fuerza que se puede llegar a tener con seis años.
    En serio, un relato brillante, tierno y muy conmovedor.

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