lunes, 11 de octubre de 2010
Tworki (El manicomio) de Marek Bienczyk
Tworki (El manicomio)
Marek Bienczyk
¿Cuántas veces no hemos elegido un libro nada más verlo en la librería? ¿Cuántas veces ha sido el título de la obra el factor decisivo? Eso me ha pasado esta vez con esta obra, sin leer la sinopsis (hace tiempo que no lo hago, las odio), sólo por el título, es como decidí darle una oportunidad. Cierto es que jugaba sobre seguro,la editorial Acantilado es de esas con las que uno sabe que no va a perder.
Conocemos la II Guerra Mundial desde casi todos sus aspectos: vencedores y vencidos, asesinos y asesinados, personajes y acontecimientos, pero no todos. Jurek es un joven polaco que vive en su país ocupado por los alemanes desde 1939 y es bajo un gobierno de ocupación que debe vivir su vida. Hacer su vida sin importar quién esté al mando. Será un manicomio, el de Tworki, el que le ofrezca un buen puesto de trabajo donde conocerá a locos, a menos locos, a oprimidos y opresores, el amor y la amistad.
Tworki se nos presenta como una isla alejada de la guerra, del mundo, como último defensor de la cordura humana, una isla donde la locura que les rodea aun no ha entrado y la locura del manicomio es la única que les evita perder la razón. Pero a veces no es la intención lo más importante y son las circunstancias las que nos recuerdan donde estamos y las que rompen los muros que intentamos levantar.
Desde un punto de vista distinto, el del hombre corriente que hace lo que puede, Bienczyk nos retrata un aspecto de la vida polaca del que poco o nada conocíamos. Con un lenguaje plagado de alegorías y metáforas, de largas frases y significados elocuentes, es más una obra poética que una novela, donde la belleza no reside en el contenido si no en el continente. Una belleza de palabras que cautiva al lector y le hace olvidarse de un final o de un objetivo para gozar simplemente de la acción de leer.
Uno de esos baúles que uno abre por curiosidad y donde, si el lector sabe escarbar y ser paciente, encuentra más de lo que esperaba.
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