Yo no soy Joyce: Para S.S. el placer de la lectura

domingo, 28 de marzo de 2010

Para S.S. el placer de la lectura

Estás por comenzar a leer la nueva novela Si una noche de invierno un viajante de Italo Calvino. Relájate. Concéntrate. Aleja de ti cualquier otro pensamiento. Deja que el mundo que te rodea se esfume en el inconsciente. La puerta es mejor cerrarla; allí está siempre la televisión encendida. Dilo enseguida a los otros: « ¡No, no quiero ver la televisión!» Sube la voz, si no no te escuchan: « ¡Estoy leyendo. No quiero que se me moleste!» Quizás no te han escuchado, con tanto jaleo; dilo más fuerte, grita: « ¡Voy a empezar a leer la nueva novela de Italo Calvino!» O si no quieres no lo digas, esperemos que te dejen en paz.


Toma la posición más cómoda: sentado, tumbado, hecho un ovillo, acostado. Acostado sobre la espalda, sobre un lado, sobre la barriga. En un sillón, en un sofá, en una mecedora, en una tumbona, en un puf. En la hamaca, si tienes hamaca. En la cama, naturalmente, o dentro de la cama. Puedes también ponerte cabeza abajo, en posición yoga. Con el libro invertido, se entiende.

[…]Bien ¿a qué esperas? Estira las piernas, pon los pies sobre un cojín, sobre dos cojines, sobre el brazo del sofá, sobre las orejas del sillón, sobre la mesilla del té, sobre el escritorio, sobre el piano, sobre el mapamundi. Quítate las zapatillas antes. Si quieres tener los pies en alto, si no, vuelve a ponértelos. Ahora no te quedes con las zapatillas en una mano y el libro en la otra.

Regula la luz para que no te canse la vista. Hazlo ahora, porque una vez que estés metido en la lectura no tendrás ganas de moverte. Ponte de modo que en la página no se haga sombra, un densarse las letras negras en un fondo gris, uniforme como una manada de ratones; pero estate atento que no le de la luz demasiado fuerte y que no refleje sobre el blanco crudo del papel royendo las sombras de los caracteres como un mediodía en el sur. Intenta prever ahora todo aquello que pueda evitarte la interrupción de la lectura. Los cigarrillos a mano, si fumas, el cenicero. ¿Qué tienes ahora? ¿Tienes que hacer pipí? Bien, tú sabrás.

Traducción de Si una noche de invierno un viajante de Italo Calvino

No hay comentarios:

Publicar un comentario