Yo no soy Joyce: El hobbit de J.R.R. Tolkien

domingo, 25 de abril de 2010

El hobbit de J.R.R. Tolkien

Terminado uno de mis libros preferidos por segunda o tercera vez. Nunca he sido muy partícipe de la re lectura, por el simple hecho de que releer no me permitía leer libros aun no descubiertos por mí. Cada día que pasa creo que esa idea pierde peso, pues a veces releer nos descubre matices que no vimos la primera vez y eso ha sucedido esta vez al leer El hobbit del maestro de la fantasía J.R.R. Tolkien.

Hace una semana leí que ya empezaba a ponerse en marcha el proyecto de Guillermo del Toro y de Peter Jackson de llevar esta pequeña maravilla al cine y que lo harán en dos partes, por ahora es todo lo que se sabe.  Tras esto decidí que me apetecía volver a divertirme y disfrutar con los seres creados por la mente de Tolkien.

Es cierto que el libro en sí es infantil, de hecho lo escribió para sus hijos y sólo el azar llevó a que fuera publicado y su calidad que lo leyeran millones de adultos. Se nota una escritura ya no inmadura si no además destinada a unos niños con ganas de aventuras y llenos de imaginación, donde los problemas se resuelven rápido y la narración no se detiene en descripciones que serían fastidiosas para lo críos (descripciones que, por otra parte, harán de su obra más conocida,  ESDLA, tan grande como es). La historia es rápida en todo momento, parando sólo en aquello que será divertido o aterrador para los lectores. La fantasía e imaginación desbordan en cada página del libro, sencillo y de lectura rápida.

Muchas veces he hablado con detractores de Tolkien, gente que discute la obra del autor, que no le concede el estatus de clásico. Sobre todo se apoyan en que se basa en las mitologías escandinavas y que pocas de las creaciones de Tolkien son realmente originales. Pero yo a eso respondo que da igual. Cualquier escritor copia la realidad para plasmarla en sus escritos.Lo grande de estos libros es su capacidad de hacernos creer en la posibilidad de ver a orcos y elfos ya mucho antes de que Peter Jackson llevara al cine de forma monumental estas obras, de hacernos vibrar con pequeños seres que corren delante de enormes bestias. Para mi, la obra de Tolkien es catalizadora de nuestra imaginación, una gran obra de estilo y de narración, que ha logrado sobrevivir a miles de best seller, que ahora yacen en el olvido, sin perder un ápice de su magia en los más de 70 años que lleva en vida y que nunca lo hará, aunque sea sólo para mí: fue la trilogía de El Señor de los Anillos la que me enganchó a la lectura después de que con catorce años cerrara su última página después de meses  nadando en su mundo y dejándome con un vacío interior que tuve que llenar a base de más libros. Es curioso, nunca he conseguido volver a sentir lo mismo al cerrar un libro. Eso es verdadera magia.

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