Yo no soy Joyce

lunes, 1 de febrero de 2010

Quisiera escribir algo, quiero empezar a escribir un intento de novela, aunque suene algo vanidoso, pero quisiera, al menos, intentarlo. Pero, ¿cómo hacer algo original y novedoso? Cuando me siento delante de mis libretas preparadas para ser dibujadas con palabras me encuentro ante el vacío, no, más que eso, contra la falta de originalidad. No tengo problemas para escribir, me siento y van saliendo las palabras, no que sean buenas, ni maravillosas, no, digo que simplemente puedo escribir, pero el problema es que merezca la pena leerlo. Me gusta escribir y muchas veces lo hago para no perder la escritura, para poder tener la mente y los dedos listos para contar algo. El problema es que aunque pudiera escribir de guerras, amores, venganzas, muertes, quisiera hacerlo sobre algo original.

Voy a estar, o deseo estar, muchas horas enfrascado en este proyecto personal, quiero dar lo que tenga para hacer algo que merezca el tiempo de ser leído, pues siempre he dicho que el peor ladrón es un mal libro, refrán que he hecho mío, pero es cierto, todo lo que te roben se te puede ser devuelto pero hay algo que nunca se recupera, el tiempo, e invertir el tiempo en leer algo malo o que no merecía ese tiempo es algo que puede llegar a enfadarme, y el que haya experimentado eso, lo sabrá. Y si yo soy el primer enemigo de un mal libro, no quiero ser el creador de uno. Pienso en crear algo sobre la sicología humana, me gusta la idea del oscuro ser que tenemos todos pero ya lo hizo Dostoyevski con maestría. Luego pienso en el realismo mágico, algo parecido a García Márquez, pero ya está él sentado en ese trono, mal vamos. ¿El amor?Stendhal o Brontë. Para que pensar en la muerte con Poe. Podría convertir algo trivial en algo que pareciera importante, pero habiéndolo hecho Tarantino de forma tan brillante, es una idea que me da algo de vértigo. Si, todo esto puede hacerse y de hecho se sigue haciendo, pero no quiero hacerlo de cualquier forma, no quiero ser un escritor más con su texto guardado en una cartera de piel en una estantería cogiendo polvo. Pero más importante es que deseo escribir largo y tendido, quiero que sea un proyecto que pueda sorprender, que esté dentro de mi trabajo y lo siga disfrutando, que no esté divagando ante el texto pensando que no tiene sentido lo que hago. es fácil escribir 10 páginas sobre cualquier cosa, pero 200 no es algo tan sencillo, una trama, una idea, unos personajes. A veces pienso en que lo único que debería hacer sería sentarme en la silla, con la pluma abierta y dejarme llevar, pero cuando lo he hecho me quedo en blanco pensando que sobre qué escribo.

Zweig, Steinbeck, Roths, Borges, Orwell, Joyce... Hay tantos escritores tan grandes que han escrito tan maravillosamente sobre temas sobre los que han dejado una huella que perdurará una eternidad que no me queda otra cosa que el miedo cuando pienso en que hacer. Pero lo que me parece mucho más increíble es la capacidad que tuvieron, o tienen, de que una conversación sencilla o algo muy simple se convierta en unas lineas tan sobrecogedoras que no puedas dejar de leerlo, como las conversaciones de Tarantino sobre Madonnas, hamburguesas o juegos de cartas.

Intentas escribir sobre algo pero que alcance grandes metas, y empiezas pensando en algo grande, pero te ves sobrepasado; luego quieres ser más cercano, piensas en retratar algo con gran intensidad, que la gente se sienta identificada, pero si la inocencia ha sido perfectamente descrita con una simple imagen de una película, con el simple gesto de una mano de una niña agarrando la de un loco, llegas a pensar que no merece la pena que intentes nada. No tienes nada que ofrecer al mundo, nada que merezca ser escrito. Nada que merezca perder el tiempo.

A lo mejor me encuentro ante lo que dicen que es la falta de inspiración, pero, ¿ya?, si ni siquiera he empezado. A lo mejor tengo miedo de emprender algo grande en mi vida pero tengo miedo de no conseguir acabarlo nunca. A lo mejor, simplemente, no sé escribir. Pero luego pienso que por que no puedo perseguir un sueño, que qué más da que lo termine o no, que es algo personal, y que haré lo que quiera con él.

Lo único que sé es que sigo buscando el tema que me deje que lo plasmé en un papel con mis palabras, y como alguien dijo una vez: las inspiración es eso que te llega mientras trabajas.

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